Audiencia general papa francisco

La primera catequesis después de Pascua
En el primer miércoles después de Pascua 12 de abril. El Papa en compañia de algunos niños hace su habitual recorrido entre los sectores de la plaza de San Pedro, cuyo graderío está todavía adornado con los colores primaverales de las flores holandesas que han llegado al Vaticano para la decoración de las celebraciones pascuales.
La lectura está tomada de la Epístola de San Pablo a los Efesios. Francisco se detiene en el riesgo -en el que cayó el mismo apóstol Pablo- de emprender un celo orientado en la dirección equivocada y subraya las características de un anuncio evangélico que sea, en cambio, expresión viva de diligencia, prontitud, voluntad de caminar abiertos a las novedades de la acción del Señor.
Citando la Carta a los Gálatas, el Papa distingue entre el auténtico celo evangélico y el celo distorsionado, el “falso ímpetu” que esconde la vanagloria y la búsqueda de las propias convicciones. Contra esta tentación difundida, recuerda que Pablo enumera una serie de “armas” para librar la batalla espiritual: entre ellas, la prontitud. Francisco explica aquí la metáfora del calzado (que retoma un texto del profeta Isaías) refiriéndose al equipo de un soldado que, para evitar las trampas del terreno, debe asegurar la estabilidad de apoyo.
El Papa cita el Libro del Éxodo (12,11-12a) y la Carta a los Romanos (12,11) para indicar que es necesaria la prontitud en el anuncio de la Buena Nueva. En particular, Francisco subraya las cualidades de prontitud, preparación y alacridad. Todas características que se concilian mal con la dejadez “incompatible con el amor”, dice el Papa.
Una vez más, por tanto, el Papa Francisco anima a todos a asumir plenamente el estilo de la Iglesia “en salida”. Porque es importante, afirma, “tener esta prontitud a la novedad del Evangelio, esta actitud que es un impulso, un tomar la iniciativa, un ‘primerear’, ir primero”. Por último, la recomendación de “no dejar escapar las ocasiones para promulgar el anuncio del Evangelio de la paz esa paz que Cristo sabe dar más y mejor de como la da el mundo”.