La próxima visita del papa Benedicto XVI a México
La primera visita del Papa Benedicto XVI a México se da en unas circunstancias especiales que le confieren una importancia y trascendencia extraordinaria. Con el antecedente de las cinco visitas realizadas por el carismático Papa Juan Pablo II –ahora Beato-, la primera recién iniciado su pontificado y que marcaría el estilo de ejercer su ministerio como Vicario de Cristo; la crisis de fe que se vive al interior de la Iglesia, los escándalos por los casos de pederastia que han provocado fuertes ataques a la Iglesia y a la persona del Pontífice; el proceso de secularización que se da a nivel mundial, pero especialmente notable en países de raigambre católica; la celebración del bicentenario de la Independencia de varios países de América Latina; el hecho de que en México nos encontremos en pleno proceso electoral y finalmente las limitaciones que por razón de edad y estado de salud del Pontífice reducen el tiempo de la visita, las ciudades visitadas y el número de eventos que tendrán lugar. Todas estas circunstancias marcan la modalidad de esta visita. Veamos más en particular cada una de ellas:
1. Los 5 viajes pastorales de Juan Pablo II a México. Los detalles de estas visitas en general los conocemos porque se fueron repitiendo en cada una de las subsiguientes visitas, desde la primera, que resultaba inédita hasta la última: grandes multitudes desbordadas en las calles para saludar y aclamar al Papa a su paso por las ciudades; mantas de bienvenida, flores, aplausos, porras, cantos, estudiantinas; la calidez del Papa, su sonrisa, su sencillez, sus mensajes, su piedad y devoción a la Virgen de Guadalupe, la actitud con que celebraba la liturgia de la Misa y el testimonio de entrega y solicitud por los niños, los enfermos, los indígenas; el Papa hablaba a los diferentes sectores de la sociedad y se refería de manera concreta a la situación social, política, cultural y religiosa del pueblo de México. Siempre se contó con el apoyo del gobierno federal y de los gobiernos estatales. El Papa dejó una profunda huella en la fe del pueblo mexicano. La simpatía y admiración que el Papa despertó en el pueblo de México lo llevó a adoptarlo como el “Papa mexicano”. Es evidente que, querámoslo o no, siempre hay la tendencia a establecer comparaciones y las figuras de ambos pontífices en varios aspectos resultan contrastantes.
2. La crisis de fe al interior de la Iglesia. Los escándalos por las denuncias de los casos de pederastia al interior de la Iglesia, que dieron lugar a innumerables ataques y campañas en contra de la Iglesia católica; la pérdida de credibilidad y el abandono creciente de la fe por parte de muchos feligreses, que se declaran católicos pero no aceptan las enseñanzas morales de la Iglesia. Todo ello nos está indicando, como lo ha señalado el Santo Padre, que la verdadera causa es un debilitamiento de la fe. Esta situación se agrava por el proceso de secularización que se está dando a nivel mundial, pero especialmente en los países de raigambre católica, lo cual ha llevado al mismo Benedicto XVI a poner el énfasis y dar prioridad a la renovación de la fe, creando dentro de la curia vaticana un organismo especial (Congregación para la Nueva Evangelización), declarando el Año de la Fe (octubre 2012 a 2013) y convocando al próximo Sínodo de los Obispos dedicado a la Nueva Evangelización (octubre 2012).
3. La celebración del bicentenario de la independencia de varios países de América Latina. Fue precisamente en el contexto de la misa solmene que el Papa celebró en la Basílica de San Pedro el lunes 12 de diciembre pasado cuando el Papa oficialmente anunció su próximo segundo viaje a América –México y Cuba-. La misa fue una celebración del bicentenario de la independencia de un buen número de países latinoamericanos. Fue muy expresiva su homilía de la misa, especialmente cuando recalcó el motivo de la celebración:
“Tengo igualmente presentes a todos los que se unen espiritualmente y oran a Dios con nosotros por los diversos países latinoamericanos y del Caribe, muchos de los cuales durante este tiempo festejan el Bicentenario de su independencia, y que, más allá de los aspectos históricos, sociales y políticos de los hechos, renuevan al Altísimo la gratitud por el gran don de la fe recibida, fe que anuncia el Misterio redentor de la muerte y resurrección de Jesucristo, para que todos los pueblos de la tierra en Él tengan vida. El Sucesor de Pedro no podía dejar pasar esta efeméride sin hacer presente la alegría de la Iglesia por los copiosos dones que Dios en su infinita bondad ha derramado durante estos años en esas amadísimas naciones, que tan entrañablemente invocan a María Santísima.
Actualmente, mientras se conmemora en diversos lugares de América Latina el Bicentenario de su independencia, el camino de la integración en ese querido continente avanza, a la vez que se advierte su nuevo protagonismo emergente en el concierto mundial. En estas circunstancias, es importante que sus diversos pueblos salvaguarden su rico tesoro de fe y su dinamismo histórico-cultural, siendo siempre defensores de la vida humana desde su concepción hasta su ocaso natural y promotores de la paz; han de tutelar igualmente la familia en su genuina naturaleza y misión, intensificando al mismo tiempo una vasta y capilar tarea educativa que prepare rectamente a las personas y las haga conscientes de sus capacidades, de modo que afronten digna y responsablemente su destino. Están llamados asimismo a fomentar cada vez más iniciativas acertadas y programas efectivos que propicien la reconciliación y la fraternidad, incrementen la solidaridad y el cuidado del medio ambiente, vigorizando a la vez los esfuerzos para superar la miseria, el analfabetismo, la corrupción y erradicar toda injusticia, violencia, criminalidad, inseguridad ciudadana, narcotráfico y extorsión”. Estas últimas palabras resultan una clara descripción de la situación actual de México y el contexto que vive nuestro país en estos momentos.
4. El proceso electoral que vive México. Tan pronto como se conocieron las fechas de la visita (23 al 26 de marzo) y los lugares de la visita (el estado de Guanajuato) empezaron las especulaciones sobre el peligro de que el Papa influya en el proceso electoral que vive nuestro país, y concretamente a favor del partido que detenta el gobierno. Resulta inútil ante quienes tienen ya de antemano el prejuicio de que la Iglesia manipula la opinión pública, querer explicar que las razones y las intenciones del viaje del Papa son otras, especialmente la de venir a dar un mensaje de esperanza, fraternidad, reconciliación y de paz a un pueblo que vive lleno de temor, de incertidumbre, de pobreza, injusticia, corrupción y desigualdad social.
5. Finalmente resulta obvio y no hay necesidad de dar más explicaciones, que la edad y el estado de salud del Papa le han impuesto varias limitaciones a su viaje (por ejemplo el consejo de los médicos para evitar la altura del DF, que lo priva de visitar la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe). Esto no impide que los cinco mensajes que va a dar al pueblo de México en los diferentes eventos de su visita, serán una luz que nos haga comprender mejor lo que este pueblo puede hacer para superar los graves problemas que nos afectan.