Vaticano

Catequesis Papal 5 de octubre 2022

catequesis del Papa

Porque sólo el Señor puede darnos la confirmación de nuestro valor… No hay obstáculo ni fracaso que pueda impedir su tierno abrazo dijo el Papa Francisco.

En la audiencia general del 5 de octubre, el Papa Francisco continuó con su ciclo de catequesis sobre el discernimiento: “La vida espiritual tiene sus contraseñas: palabras que se refieren a lo que somos más sensibles. Es importante conocerlas para protegernos de quienes se presentan con palabras persuasivas para manipularnos y presentan con excesiva importancia cosas bellas pero ilusorias”.

Estamos nosotros con nuestras “contraseñas” espirituales, las “palabras que tocan el corazón porque se refieren a lo que somos más sensibles”. Y está el diablo, el “tentador”, que “conoce bien estas palabras clave” y toca los nervios en carne viva, tentándonos, hipnotizándonos, engañándonos “con el señuelo” de las carreras, las cualificaciones, las relaciones.

“El buen discernimiento también requiere el autoconocimiento. En efecto, implica nuestras facultades humanas: memoria, intelecto, voluntad, afectos”, explicó el Papa.

Es precisamente de este “insuficiente diálogo entre la vida religiosa y nuestra dimensión humana, cognitiva y afectiva” de donde surgen “las dudas espirituales y las crisis vocacionales”.

Conocerse a sí mismo no es difícil, pero es agotador: implica una paciente excavación interior. Requiere la capacidad de parar, de “desconectar el piloto automático”, de tomar conciencia de nuestra forma de hacer las cosas, de los sentimientos que nos habitan, de los pensamientos recurrentes que nos condicionan, muchas veces sin que nos demos cuenta.

También requiere que uno “distinga entre las emociones y las facultades espirituales”. “Siento no es lo mismo que estoy convencido; sentir no es lo mismo que querer”, explicó el Pontífice. Así llegamos a “reconocer que la mirada que tenemos sobre nosotros mismos y sobre la realidad está a veces un poco distorsionada”.

Francisco profundizó en su reflexión con una metáfora informática, la de las contraseñas, necesarias para entrar en los programas donde se almacena la información personal. El tentador, es decir, el diablo, conoce bien estas palabras clave, y es importante que nosotros también las conozcamos, para no encontrarnos donde no queremos estar.

Es de esta incomprensión de la que a menudo resulta “el mayor sufrimiento, porque ninguna de esas cosas puede ser la garantía de nuestra dignidad”, observó el Obispo de Roma. “Por eso – dijo – es importante conocernos a nosotros mismos, saber las contraseñas de nuestro corazón, aquello a lo que somos más sensibles, para protegernos de quienes se presentan con palabras persuasivas para manipularnos, pero también para reconocer lo que es realmente importante para nosotros, distinguiéndolo de las modas del momento o de los eslóganes llamativos y superficiales”.

El Obispo de Roma añadió que una ayuda es el examen de conciencia, es decir, “el buen hábito de releer con calma lo que ocurre en nuestro día, aprendiendo a notar en nuestras evaluaciones y elecciones a qué damos más importancia, qué buscamos y por qué, y qué encontramos finalmente”.

catequesis del Papa

Share: