Catequesis Papal 17 de agosto

17ª Catequesis de Francisco
Al reanudar su catequesis, en el ámbito de la audiencia general la 17ª catequesis celebrada en el Aula Pablo VI, el Papa Francisco continuó su serie sobre la vejez. En esta ocasión destacó que el testimonio que los ancianos pueden dar a los niños y a los jóvenes “es creíble” porque mira “al horizonte de nuestro destino” es decir, la vida eterna. Por esta razón es dañino ver hoy la separación entre las edades de la vida, como si compitieran entre ellas
“La alianza de mayores con los más pequeños salvará a la familia humana” si devolvemos a los niños, que deben “aprender a nacer”, “el tierno testimonio de los ancianos que poseen la sabiduría de la muerte”. Un testimonio que “para los niños es creíble”, más que para los jóvenes y los adultos, porque la vejez encierra el horizonte de nuestro destino. Por eso “es doloroso y perjudicial ver las edades de la vida concebidas como mundos separados, en competencia entre sí”.
Francisco afirmó que “estamos delante del misterio de la eternidad de Dios: conviven lo antiguo y lo nuevo. Por eso – añadió – el testimonio de los ancianos es un don auténtico, una verdadera bendición para los niños”. De ahí su afirmación de que “la alianza de los mayores con los más pequeños salvará la familia humana”.
Por último, como es costumbre, el Obispo de Roma se dirigió a los ancianos, enfermos, jóvenes y recién casados, a quienes les dijo:
“La solemnidad de la Asunción, que celebramos hace unos días, nos ha invitado a vivir con empeño el camino de este mundo, orientado constantemente hacia los bienes eternos. Que María ayude a todos a poner siempre a Cristo y al Evangelio en primer lugar”