Catequesis del Papa Francisco del 16 de marzo 2022

La vejes y la corrupción
¿En qué sentido la vejez puede salvar el mundo? Esta fue la pregunta al centro de la catequesis del Santo Padre, de este miércoles 16 de marzo, en el cual reflexionó sobre la figura de Noé como ejemplo de la vejez que genera vida, que no se queja ni recrimina, sino que mira al futuro con confianza, respeta la creación y cuida la vida de todos.
En su catequesis de este miércoles, Santo Padre comentó el capítulo 6 del Libro del Génesis, que no habla de como Noé, que era el más anciano de todos, fue elegido por Dios para salvar al hombre de la corrupción y del diluvio. “Dios estaba tan amargado por la difundida maldad de los hombres, que se había convertido en una forma de vida normal, que pensó que se había equivocado al crearlos y decidió eliminarlos. Una solución radical – precisó el Papa – incluso podría tener un giro paradójico de misericordia. No más humanos, no más historia, no más juicio, no más condena. Y muchas víctimas predestinadas por la corrupción, la violencia, la injusticia se salvarían para siempre”.
En este sentido, el Papa Francisco señaló que, a veces también a nosotros – abrumados por el sentido de impotencia contra el mal o desmoralizados por los “profetas de la fatalidad” – nos sucede lo mismo, pensamos que seria mejor no haber nacido.
En el pasaje bíblico, explicó el Santo Padre, cuando se trata de poner a salvo de la corrupción y del diluvio la vida de la tierra, Dios encomienda el trabajo a la fidelidad del más anciano de todos, el “justo” Noé.
Lamentablemente, el Santo Padre indicó que la corrupción puede volverse normalidad. “La corrupción obtiene gran ventaja de esta despreocupación que no es buena: ablanda nuestras defensas, ofusca la conciencia y nos hace – también involuntariamente – cómplices”.
Y nosotros, mujeres y hombres de cierta edad, no olvidemos que tenemos la posibilidad de la sabiduría, de decir a los demás: “Mira, este camino de corrupción no lleva a ninguna parte”. Debemos ser como el buen vino -el buen vino- que al final, cuando es viejo, puede dar un buen mensaje y no uno malo. Por ello, el Papa hizo un llamamiento a todos los que tienen “cierta edad”, que tienen la responsabilidad de denunciar la corrupción humana en la que vivimos y en la que sigue esta forma de vivir del relativismo, totalmente relativa, como si todo fuera lícito.