26 sacerdotes asesinados 2012- 2018

La Unidad de Investigaciones Especiales del Centro Católico Multimedial presenta el informe Sexenal sobre la violencia y agresión contra sacerdotes y ministros de la Iglesia Católica en México. Sexenio 2012- 2018
INDICE
• Presentación
• El incremento de la violencia 2012-2018
• Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
• Delitos frecuentes por entidad federativa
• Sexenio 2012-2018
• Agresiones contra sacerdotes y agentes de evangelización
•¿Cuáles son las causas por las que se asesina a los sacerdotes y agentes de evangelización?
• Cronología de homicidios en el sexenio 2012-2018
• Recomendaciones
Presentación
Hace doce años, en 2006, Ejército y Marina armada se vieron comprometidos en el combate al crimen. Una inusitada y progresiva escalada de violencia se dio en diversas regiones del país. La violencia había existido, pero los especialistas coinciden en afirmar que “se ha incrementado de una manera inédita en la historia contemporánea. Los términos crimen organizado, narcotráfico, violación delos derechos humanos, políticas públicas inefectivas, militarización, politización de la procuración de justicia, corrupción e impunidad son comunes en la opinión pública y en los análisis contemporáneos”.1
Los enemigos invisibles se hicieron del control de comunidades y municipios enteros. El juego era conforme a la voluntad de las cabezas originando la narcopolítica; economía y actividades estratégicas pasaban por la fiscalización del crimen organizado controlando hasta importaciones y exportaciones de minerales hacia países orientales. La corrupción engulló a las débiles estructuras políticas y de orden público al punto de que cuerpos policiales fueron su brazo operador.
Una década después, las actividades de las fuerzas armadas en el país no tenían salida satisfactoria y comenzaron a darse las estrategas legislativas para que tuvieran el marco regulatorio2 para sus funciones legales en materia de seguridad pública e interior. Poco a poco han asumido roles que, en su momento, la autoridad civil ejercía desplazándola ante irregularidades o casos de corrupción.Un primer paso se consumó cuando las capitanías de puertos fueron encargadas a la Marina armada.
Las estrategias de seguridad se cuestionan por las cifras que cuestan a la sociedad agobiada por la violencia mientras aumentan delitos de alto impacto. Millones se han erogado provocando una sangría de recursos económicos sin efectividad para planes que no han cumplido el principal objetivo. El informe de índice de Paz Global 2016, del Instituto para la Economía y la Paz, señala: “el impacto económico de la violencia, ascendió a unos 2 billones de pesos en 2015, cifra equivalente a 13% del PIB de México. Esto corresponde a 17.525 pesos por persona, cantidad más o menos igual a dos meses de salario de un mexicano promedio.”3
Sin embargo, los costos económicos son relativos en relación con las altas incidencias de asesinatos reflejados en el número de víctimas además de la desestabilización social y los gravísimos efectos afectando generaciones enteras.
Como afirman los investigadores en temas de seguridad nacional y de seguridad interior, el “proceso de transición provocó cambios en el pacto social en el que se basaba el Estado y los diferentes gobiernos federales. Esto se manifestó en la fragilidad de la seguridad pública y en la erosión paulatina de la seguridad nacional, entendida como la satisfacción de las necesidades sociales básicas para garantizar la reproducción material y moral de la nación por medio de acciones del gobierno y del conjunto del Estado”.4
A finales del actual sexenio 2012-2018 se han cometido: 26 homicidios contra sacerdotes.
2 presbíteros desaparecidos.
Después de varios años de análisis, la unidad de investigación del Centro Católico Multimedial, ha detectado que quienes atentan contra sacerdotes y religiosos buscan limitar las actividades del trabajo pastoral de la Iglesia en México que tiene su acción en campos donde difícilmente llegan otras entidades civiles, políticas o gubernamentales; la de dar refugio y consuelo, de trabajar por los derechos humanos y la de ser portadora de la Verdad a favor de valores universales que parecen relativizarse.