El pecado y las tentaciones no son mitos: Norberto Rivera
El pecado y las tentaciones existen aunque el hombre moderno pretenda ignorarlas y se empeñe en valorar sólo el éxito y el triunfo, fuente de tantas desventuras, señaló el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera. En la homilía dominical en la Catedral Metropolitana, el cardenal Rivera explicó que el pecado y las tentaciones, que a muchos les parecen mitos de literatura ya pasada, mantienen plena vigencia y sirven para explicar muchas de las desgracias presentes. Al hombre moderno, comentó, sólo le interesa la eficacia, la utilidad, el poder, el dominio, pero ya no los valores éticos o morales; ésta es la peor tentación que puede sufrir el hombre contemporáneo: creer que no existen tentaciones. No obstante el prelado aclaró que como los antepasados, los hombres de hoy siguen siendo tentados, “seguimos sintiendo la seducción del mal, la llamada del instinto, el grito de la pasión, la invitación al pecado en todas sus formas”. El cardenal Rivera Carrera puso como ejemplo las tentaciones que Cristo sufrió y la lucha que mantuvo en el desierto contra el pecado y contra Satanás, el instigador, para afirmar que Cristo muestra la posibilidad de vencer la tentación y el pecado. Destacó que una vez que se toma conciencia de la realidad del pecado, se puede descubrir su trascendencia y profundidad para entender el dolor, la pasión y la muerte de Cristo, quien murió justamente para liberar al hombre del pecado. Rivera Carrera reconoció que no es fácil explicar el pecado al hombre de hoy, habituado a observar y reconocer sólo el éxito y el triunfo; “es difícil encontrar a un héroe de la pantalla que no salpique de sangre a todos los espectadores”. Externó que también es casi imposible atener la trama de una telenovela si no se alimenta de engaños, traiciones y adulterios, parecería que no se puede ser triunfador o moderno si no se es adicto a alguna perversidad o si no se tiene alguna desviación que lo haga aparecer “muy librado”. El jerarca de la Iglesia Católica insistió en que el pecado en su realidad más profunda significa “matar” a Dios, negarle el lugar que le corresponde y es por tanto la negación del hombre que no puede desligarse de su relación la divinidad lo que le lleva inevitablemente al fracaso. “Intentar vivir como si Dios no viviera, querer arrojar a Dios del lugar que le corresponde en las personas y en las instituciones, proponer una cultura de derechos humanos negándole a Dios sus derechos es exponerse a los fracasos más profundos”, dijo Norberto Rivera En la misa también se hizo un reconocimiento al trabajo de un grupo de catequistas que atiende a personas con capacidades diferentes, que en las sociedades actuales y según los criterios humanos valen menos, “pero para el Señor son los primeros destinatarios de su amor”. Este grupo especial de catequesis existe desde hace 10 años en la Arquidiócesis de México y ha asumido la tarea de llevar el mensaje de Jesús, de amor, misericordia y reconciliación a las personas con capacidades diferentes que son un tesoro para la Iglesia Católica, aseveró el cardenal durante la ceremonia litúrgica.